Nací en el seno de una familia dedicada a la radio y la publicidad y, guiada por esos orígenes, pero también por mi amor hacia la escritura, dirigí mis pasos hacia el periodismo. Me licencié en 1996 y desde entonces mi vida giró en una espiral de experiencias distintas, alejadas de todo lo que había conocido hasta entonces, permitiéndome disfrutar de números países y personas, trabajar con gente encantadora que me ayudó a crecer y a convertirme en lo que soy hoy. Un día el círculo se cerró y volví a mi amor primero; ayudada por mi pasión por las muñecas retomé la escritura y publiqué mi primer libro. Desde aquí quiero agradecer a una y cada una de las personas que se han ido cruzando en mi camino el que hayan aportado su particular granito de arena y visión del mundo. Todo ello no hace más que enriquecernos. Y, por supuesto, un pensamiento muy especial para Lorenzo de Diábolo Ediciones, gracias por haber creído en mí.